La base de nuestro bienestar es una alimentación saludable, que nos proporcione los nutrientes necesarios para que nuestro cuerpo funcione de manera óptima.
En las últimas décadas, la dieta humana ha ido cambiando dramáticamente a diferencia de otros periodos de la historia. Hasta hace relativamente poco, la grasa animal era una parte importante de nuestra alimentación, pero luego se convirtió en el enemigo número uno de las «dietas saludables», por lo que redujimos considerablemente la cantidad de grasa animal que comíamos.
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Las dietas bajas en grasas generan personas hambrientas, deprimidas, propensas a enfermedades y aumento de peso. Reemplazamos la grasa animal reducida en nuestra dieta con azúcares, carbohidratos refinados y grasas trans que son difíciles de descomponer y procesar para nuestro cuerpo, lo que afecta negativamente al colesterol, y promueven la diabetes y la obesidad.
El miedo a la grasa animal está muy arraigado actualmente, y debemos tratar de modificar esta percepción. Si bien la nutrición humana es compleja y es imposible generalizar, para la mayoría de las personas, comer grasas no es el riesgo para la salud que muchos suponen.
Las grasas de origen animal son beneficiosas y necesarias tanto para la salud del cerebro como para la asimilación de nutrientes liposolubles. Además, son una fuente insuperable de energía para nuestro organismo, ayudan al crecimiento y desarrollo de los niños y producen aceites mucho más saludables para la cocina.
Durante mucho tiempo, se satanizó el consumo de grasas saturadas como la mantequilla, el queso y la grasa animal. Hoy en día, sabemos que estas grasas son idóneas para cocinar ya que soportan altas temperaturas sin dañarse.
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En La Cuadra de Salvador, ofrecemos carne premium con grasa de calidad óptima, lo que garantiza una experiencia gastronómica inolvidable para nuestros clientes.
Un ejemplo de esto es el delicioso cerdo ibérico y su famoso jamón de bellota, que tiene una alta infiltración de grasa intramuscular. En La Cuadra de Salvador, ofrecemos cortes de altísima calidad que contienen una cantidad importante de grasa intramuscular infiltrada. Esto se logra gracias al cuidado óptimo del animal durante toda su crianza, brindándole los mejores alimentos y pastos frescos.
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